Pacientes con dolor crónico siempre la tienen más difícil que los pacientes con una disabilidad que pueda ser visible. Si vemos a un paciente que ha perdido un miembro o que no puede caminar debido a parálisis, todos entendemos que es un paciente incapacitado. Sin embargo, pacientes que solo tiene dolor crónico, tienen una disabilidad invisible.
Eso es, hasta hace una década atrás cuando nuestra tecnologías de imágenes cerebrales se volvieron lo suficientemente sofisticadas para mostrar las diferencias entre tu y yo y un paciente con dolor crónico severo. A continuación, revisaremos un artículo que demuestra que incluso en trastornos de dolor crónico, los cuales pensábamos que únicamente se limitan a cierta área del cuerpo (como el dolor crónico de pelvis), aún hay grandes cambios en el cableado del cerebro.
Dolor Crónico y el Sistema Nervioso
Es nuestro sistema nervioso el que registra cuando tenemos dolor. Una lesión ocurre y estimula nuestras neuronas detectoras de dolor y las neuronas mandan señales al cerebro que nos dejan saber que tenemos dolor. La primera cosa que es importante entender es que el dolor es absolutamente real y ya conocemos que el cerebro experimenta cambios físicos actuales con el dolor crónico. Curiosamente, incluso nuestras neuronas detectoras de placer, como un estudio muestra, pueden cambiar su funcionalidad y transmitir señales de dolor al cerebro cuando hay dolor crónico. Incluso una sensación de lo contrario agradable puede ser registrada como dolor.
El dolor extendido o dolor distribuido a lo largo del cuerpo, puede volverse un poco más complejo de diagnosticar y tratar, pero una cosa que conocemos y que veremos en los párrafos de abajo, es que el cerebro es un factor importante. En un nuevo estudio, pacientes con dolor crónico de pelvis fueron comparados con pacientes con fibromialgia. Así que es importante entender que estos diagnósticos antes de continuar con el estudio.
Síndrome de Dolor pélvico crónico urológico también conocido como “dolor pélvico” o cistitis intersticial incluye síntomas como dolor al orinar (disuria) y dolor crónico en la región pélvica. Estos pacientes usualmente tienen dificultad de estar orinando frecuentemente, haciendo de un viaje en coche una pesadilla.
La Fibromialgia es el clásico paradigma de los desordenes de dolor extendido. Los síntomas incluyen dolor crónico y generalizado en el músculo, fatiga, ansiedad o depresión, problemas del sueño, lagunas mentales y muchas más. La fibromialgia es dolor por todos lados.
Nuevo Estudio Compara el Dolor Crónico de Pélvis con la Fibromialgia
El nuevo estudio consistía de dividir a los pacientes en tres grupos: aquéllos diagnosticados con dolor crónico de pélvis, aquéllos diagnosticados con fibromialgia y un grupo saludable de control. Mientras que la localización e intensidad del dolor iba siendo registrada, incluso más importante, sofisticadas imágenes cerebrales que podía medir actividad cerebral también fueron usadas. Esto fue llamado un IRM funcional.
Un interesante descubrimiento en los pacientes con dolor crónico de pélvis fue que no solo reportaron dolor localizado o dolor de pélvis, algunos también reportaron un dolor extendido. Incluso extraño, comparado con el grupo de fibromialgia que es el que se supone tiene dolor extendido, ¡el dolor crónico extendido era el mismo! Entonces ¿por qué hay pacientes con dolor crónico de pélvis experimentando síntomas del dolor crónico generalizado idénticos a los pacientes con fibromialgia?
Los estudios sugieren que la explicación puede encontrarse en el cerebro. Los IRM funcionales en los pacientes con dolor crónico de pélvis que reportaron dolor extendido y los pacientes con fibromialgia mostraron los mismos resultados en los dos grupos: un incremente en el volumen de la materia gris en el cerebro, así como cambios en las partes del cerebro que transmiten e interpretan las señales de dolor (conectividad funcional del sensorimotor y cortezas insulares). El grupo de control no mostro signos de ninguno de estos cambios.
Siempre hemos reconocido que el dolor Crónico de Pelvis Envuelve los Nervios Sacrales
Muchos años atrás, comencé a notar dos cosas importante. |Una fue que muchos de mis pacientes que tenían dolor crónico de espalda baja también sufrían frecuentemente de dolor al orinar. La segunda es que al realizar una inyección epidural para el tratamiento de dolor en los nervios, este usualmente tendía a irse por un tiempo. Mientras que tenía muchos pacientes ya revisados por urología, la respuesta que siempre arrojaba era la misma: era más probable que los nervios estuvieran afectando la vejiga. La misma cosa pasaba en paciente que tenía dolor de pélvis crónico. Muchos de estos pacientes podían ser ayudados por el caudal epidural o por inyecciones para endurecer los ligamentos de las articulaciones que estuviese irritando los nervios sacrales. Por lo tanto, estos síntomas de dolor pélvico fueron unicamente una función de nervios sacrales irritados. Esto fue una sorpresa total para muchos de los pacientes, los cuales constantemente pagaban y se sometían a largos y costosos programas para el dolor crónico de pélvis, los cuales no parecían mejorarlos mucho.
¿El resultado? Primero, es maravilloso que ahora podamos utilizar tecnologías como el IRM funcional para medir dolor y de que manera impacta al cerebro. Para cada médico de los 90’s que pensaban que los pacientes con dolor crónico estuvieran mintiendo su enfermedad por alguna ganancia secundario, espero que coman una buena rebanada de humildad acerca de que equivocados y engreídos fueron. Segundo, el hecho de que el dolor crónico de pélvis puede ser extendido e involucra al cerebro no es para sorprenderse. Hemos estado tratando estos pacientes por años como un problema del nervio sacral, así que no es sorpresa que los problemas de nervios sacrales sin tratar pueden cambiar como el cerebro procesa el dolor.
Fuente: https://regenexx.com/blog/widespread-pain-brain-changes/
